domingo, 8 de enero de 2017

La defensa de la dignidad humana, dentro de una sociedad en crisis.


Nos encontramos en el ombligo de la segunda década del siglo XXI y aunque el Darwinismo social nos promete que la humanidad alcanzará un grado de evolución donde su calidad y estilo de vida progresarían hasta llegar a un nivel cercano a la perfección; nos enfrentamos día tras día con nuevas problemáticas subyacentes de esta sociedad evolucionada.
Una de las características del posmodernismo es la individualidad, el pensamiento de las sociedades no tanto como colectivos, sino como individuos. Un comportamiento podría decirse, egoísta, sin embargo a fin de cuentas es una forma más de vida en sociedad.
Existe otro término para referirse a esta sociedad y es el de “Sociedad de riesgo”, empleado y acuñado por Ulrich Beck, quien lo utiliza para explicar cómo la sociedad de finales de siglo XX y principios de siglo XXI se ha convertido en autodestructiva.
Hoy día se ha puesto a prueba a las sociedades del mundo. Problemáticas tanto de índole internacional como nacional ha puesto en tela de juicio la capacidad de reacción ante estas.
Hoy día nos encontramos rodeados de líderes y organizaciones que velan por intereses especiales y que a su paso atentan con la dignidad de los humanos. Son aquellos discursos racistas de Donald Trump, la discriminación y violencia en contra de los refugiados de la guerra en Siria en Europa, la restricción de las libertades por gobiernos fascistas entre otras cosas las que hoy día pone en tela de juicio un futuro mejor.
Se dice que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Sin embargo parece que hemos borrado de nuestra mente todo el registro hostil de nuestra historia.
Durante el año 2016 se realizó la campaña electoral en los Estados Unidos para la elección del nuevo representante federal del país. Por un lado teníamos a Hillary Clinton con un discurso que principalmente contraponía las ideas de Donald J. Trump quien dirigió un discurso totalmente agresivo para todo aquel que no tuviera una estrecha relación nacional con Estados Unidos de América, impulsando el ultranacionalismo.
Suena increíble el hecho de que Donald Trump haya contado con la mayoría de los votos en la contienda en un país que fue construido desde sus cimientos por inmigrantes. Un país donde la diversidad cultural, étnica, racial y lingüística predomina.
Aún así, por increíble que suene. Donald Trump ha ganado y ¿Quién es el responsable?
No solamente quienes tienen el derecho al voto en Estados Unidos han sido quienes han colaborado a que una campaña en contra de la dignidad humana como la de Donald Trump haya fructíferado manera tan aceptada.
Todo es parte de la crisis moral que afecta al mundo entero. Nos hemos vuelto en una sociedad apática con las necesidades de los demás y los problemas que alteran a la sociedad a nivel mundial.
Cada país tiene problemas de origen e intensidad diversos. En México, la pobreza extrema y el desempleo son un ejemplo. En Siria, la guerra y los refugiados pueden ser otro ejemplo. Aunque podamos hacer poco o mucho para contrarrestar los efectos de estas problemáticas, el desinterés e incluso la mofa de ellos son un botón que muestra nuestra perdida de humanidad.

¿Qué podemos hacer para detener la crisis de valores?

La crisis de valores es un problema de carácter social e índole internacional, por lo cual no es algo que podamos frenar del día a la mañana, sin embargo sí podemos ir cambiando esa conciencia colectiva comenzando por lo individual. Sensibilizando y comprendiendo nuestro entorno, dejando un lado la apatía e individualidad que tanto se le juzga a la sociedad posmoderna.
Como sociedad no solo nacional, sino global podemos hacer el cambio. Es hora de comenzar a velar por la dignidad de todos los seres humanos.

¿Crees poder? Ponte en marcha y haz ese cambio.

Escrito por: Julio César Félix Chávez

Licenciatura en Estudios Internacionales.

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